Ante la proposición de pensar y elaborar un recurso didáctico para poner en práctica algunos aspectos y conocimientos aprendidos en clase, pensamos que lo mejor sería haciéndolo de una manera divertida y apostamos por la idea de elaborar un casino.
Disfruté mucho haciendo esta actividad, y lo que es mejor aún, aprendí cosas muy importantes que nunca olvidaré. Al comenzar a pensar en qué haríamos y cómo resolveríamos la exposición, surgieron diversas opciones, entre todas íbamos construyendo sin saberlo, la idea final a la que queríamos llegar. Me resultó agradable el intercambio de opiniones que se dio, y como con respeto las compañeras modificaban las propuestas de las demás. Creo que lo que hizo que funcionara esta actividad fue el saber escucharnos entre todas y saber coger las partes buenas de cada una y juntarlas, lo que resultó que todas nos sintiésemos que habíamos aportado algo al grupo y estuviéramos motivadas en todo momento.
Por otro lado, la carga del trabajo estuvo bastante equilibrada, aunque es verdad que solía haber alguien que cargaba con un poco más que las demás, y otra que cargaba con algo menos que las demás. He de felicitar el trabajo de todas mis compañeras, porque aprendí mucho de sus ideas, de su creatividad y de su manera de hacer las cosas. Sin duda esta será una actividad que usaré en mi futuro, pues el resultado fue pura diversión, y si esa diversión la conseguimos en un grupo de alumnas con 20 años aproximadamente, cuanto más en un grupo de niños y niñas de Primaria que lo ven todo como un juego. Con esta actividad pude comprobar que la creatividad y el ser original van de la mano y hay que aprender a buscar eso. Al menos eso pienso yo... y, ¿vosotros?
¡Hagan sus apuestas!