20 Jan
La cosa se pone seria

"Las palabras amables no cuestan mucho, pero consiguen muchas cosas" 

- Blaise Pascal

En esta entrada debería de hablar de la actividad de "rojo y negro" pero he de ser sincera y decir que ese día no fui clase. Posteriormente me contaron lo interesante que estuvo la actividad y lo que me había perdido, pero ese día no tenía ganas de ir a clase. Todo comenzó la tarde anterior a esa clase, en el grupo de WhatsApp algunas compañeras empezaron a faltar el respeto a un grupo de amigas a las que aprecio mucho, acusándolas de ser hipócritas por pedir silencio en clase. Mis amigas y yo sólo hemos insistido en que hay mucho ruido en clase y ellas se lo tomaron como algo personal. Al día siguiente, al ver los mensajes del grupo de clase me puse muy triste y me sentía muy incómoda yendo ese día a clase, por no decir que tenía cierto temor. Aunque no fui a la primera clase, que era la de Desarrollo Cognitivo, al final decidí ir para apoyar a mis amigas.

Sin duda aprendí varias cosas de esta situación. Una de ellas es que no puedo dejar de disfrutar, ni de ser como soy, solamente porque otros estén como leones rugientes para cazar a su presa, criticando y juzgando todas las palabras que digo o todos los actos que hago. Pues sí, porque al final me perdí esa gran actividad que tenía toda la pinta de ser muy interesante. Y otra de las cosas que aprendí de esto fue que hay que elegir y medir muy bien las palabras. Se puede decir lo mismo de mil formas diferentes, pues la clave está en elegir la mejor manera de expresar tus ideas y pensamientos sin afectar a la otra persona. Asertividad, ese es el término, la habilidad de expresar lo que pensamos a los demás sin herir sus sentimientos o emociones. Asertividad va de la mano de "respeto", al fin y al cabo, el objetivo último es no hacer daño a la otra persona.

Si queremos ser docentes y que nuestra labor de enseñanza esté fundamentada en valores, enseñando desde el respeto, la inclusión, la confianza, etc., debemos de ser las primeras que vivan conforme a esos principios. El maestro da el ejemplo.

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